El acoso en el trabajo existe. Lo he visto, he conocido victimas. No tengo duda. Trabajadores a los que se les vacia de contenido su trabajo, a los que se ignora, a los que se les quita teléfono, ordenador y tareas para que se desesperen y se vayan del trabajo sin necesidad de despedirles. A los que se humilla en público, se les insulta, se les agobia. De los que se sacan rumores ofensivos.
Todo esto existe, y muchas veces es difícil de probar, por falta de pruebas o porque los testigos se callan por miedo o complicidad.
Pero por eso mismo, por lo dificil que es demostrar que existe acoso, es difícil demostrar cuando no existe.
A los médicos se nos enseña desde los primeros años de carrera que los sintomas y respuestas que nos dan los pacientes deben plasmarse como lo que son: palabras que se nos dicen. Siempre, SIEMPRE, ponemos en la historia clínica delante de los que nos dice un paciente "refiere".
Siempre no.
Además de las veces en las que nos equivocamos, se nos olvida, en algunos casos de acoso yo he visto en más de una ocasión plasmar por escrito, incluso firmado y sellado, lo dicho por el paciente como real y cierto.
Poner como diagnóstico de una baja "acoso laboral" además de no poner un diagnóstico médico que sería "estres post-traumático", "sindrome adaptativo", etc. certificamos como cierto lo que solamente conocemos por la versión de nuestro paciente.
Cuando un paciente nos cuenta todas esas cosas que se le hacen a un acosado, y le vemos afectado gravemente en su salud, se despierta en nosotros una empatía incluso mayor que en cualquier otra patología. Porque se lo esta haciendo, aparentemente, otra persona. Y porque pensamos que podríamos hacer algo. Pararlo.
Imaginemos que, además, esto le ocurre a un médico. El que viene a nosotros y cuenta que esta siendo acosado es un médico.
Ahora imaginemos que no es verdad. Que las circunstancias del trabajo del paciente, que desconocemos, son otras. Que no se le hace lo que cuenta. Que no es tan buen trabajador como pretende.
Pero nos lo dice. Se lo cuenta a sus amigos, a su familia. escribe cartas a los jefes de sus jefes. Conoce a gente de un partido político y lo cuenta en todos lados.
¿Cómo se demuestra que no es verdad?
lo tienes crudo como seas uno de esos...
ResponderEliminarde los que quieren que te vayas, y te ayudan a salir...
hoy en día y más en estos tiempos que corremos, nadie se implica por miedo a represalias, o simplemente por no calentarse la cabeza...
al que acusan es el que tiene el problema, y piensan los demás que no va con ellos, pero están muy equivocados...
a todo cerdo le llega su San Martín.
creo que soy una persona que se implica, además una de las cosas que me repatea son las injusticias y suelo volcarme cuando alguien me necesita...creo..???
pero también entiendo al que no se moja...aunque creo que es un error...hoy puedo ser yo, mañana tú
un saludo y en definitiva creo que cada uno debe vivir con sus ideales, razones y despues conciliar el sueño.
Hola,
ResponderEliminarTiene que ser muy difícil demostrar que no es verdad. Pero en el caso de una demanda judicial mientras no se demuestre lo contrario el acusado de acoso es inocente. Tiene que ser aún más difícil en ese sentido demostrar, o mejor dicho hacer parecer que algo que no existe es cierto. En ese terreno judicial no puede pasar nada.
Ahora que lo de "calumnia que algo queda"...Una acusación así, aún siendo incierta, puede causar muchísimo daño. Posiblemente más si se mantiene en la rumorología que si se lleva ante la Justicia.
Si me pasara a mí aunque fuera muy duro creo que preferiría que me llevaran ante el juez como forma de acabar con la maledicencia.
Besos
Planteas muchas cosas. El acoso, desgraciadamente, ha existido siempre. El poder que ejercen los que se creen jefes, dueños, amos.... sobre el que creen su esclavo, siervo, trabajador, inferior. Es la vida misma, una transposición de las relaciones sociales, familiares, personales. Un médico debe sentir mucha impotencia cuando alguien se presenta con una patología "creada" por un ser humano a otro igual.
ResponderEliminarLo demás que planteas es muy duro, e igual de real. Gente que usa cualquier arma para hacer daño, sobresalir. Y es más difícil defenderse que atacar. Y en España en concreto sale muy barato calumniar. Y es prácticamente imposible demostrar lo contrario. Un asco, vaya
A lo mejor en una situación así podría ayudar un mediador. Alguno de esos jefes o amigos que tuviera relación con las dos partes.
ResponderEliminarTuvimos una situación que llegó a los Tribunales, es bastante complejo, se resolvió cambiando a una de las personas de turno.
ResponderEliminarCada caso es un mundo.
Creo que hay gente que está "muy mal" y no se da cuenta .... y nadie quiere mandarlos a terapia, que es lo que necesitan.
Hola
ResponderEliminarJuana,
Si realmente sucedía el acoso, ¿verdad que al que se cambió de turno fue al acosado?
Estoy totalmente de acuerdo con lo de la gente que no está bien...
Pilar, una cosa es que tu jefe te trate fatal, sea un abusón , te fastidie muchísimo o que sea un jefe tóxico puro y otra distinta es que te acose.
Besos
Sí, se trasladó al "acosado", pero bien, es que la complejidad en este caso fue mucha, pero la Vida es tremenda, coloca todo .... a veces hasta da miedo como lo coloca.
ResponderEliminarPues yo no sé si me he dado cuenta de que la Vida coloca todo...Lo que sí veo es que todo lo relacionado con este tema es muy injusto y patológico. Ya que exista lo es, pero también que se pueda acusar con facilidad a alguien de acoso infundadamente. Y que los casos siempre acaban apartando a la víctima de su entorno, ya sea puesto de trabajo, colegio o su casa es maltrato doméstico. Creo que parte del problema está en las soluciones tan malas que se le dan.
ResponderEliminarEs como en Blancanieves, ella que es tan mona y buena sufre el acoso de la envidiosa y por suerte le perdonan la vida pero se tiene que ir para siempre. Como es un cuento acaba bien.
Besos
Esto de Blancanieves no sé si lo he leído en alguna parte, no creo que se me haya ocurrido a mí sóla, pero no me acuerdo.
ResponderEliminarPero es el caso típico, lo tiene todo: la Reina con la autoestima por las nubes, pero que a pesar de ello envidia lo que no tiene. La víctima, una persona buena y transparente que tiene que huir ante una situación injusta. Y el cazador, que no es especialmente malo pero que actúa consintiendo la injusticia, aunque no participe directamente.
Me gustan los paralelismos entre los cuentos o las historias y la realidad.
Besos
Et tu coque Rafa?. Ya somos cuatro.
ResponderEliminarNo hay recetas, en estas situaciones,Se me ocurren tres cosas:
ResponderEliminar- contrarrestar con datos objetivos
- no entrar al trapo
- buscar un mediador externo que todas las partes acepten el acuerdo
Lo que me pide el cuerpo a mi: Salir corriendo!!!!
Animooos
Personalmente no entiendo al jefe que acosa a un empleado suyo... no tengo datos, ni más experiencia que me da mi vida como empleador pero puedo decir que no hay mayor activo en la empresa que el equipo que pertenece a ella y si hay alguien de ese equipo que no responde como debe a tus deseos, pues lo tienes fácil. Lo hablas y consigues lo mejor para ambas partes, pero recurrir al acoso me parece lo más ruín que puede hacerse en un mundo donde el conjuto de transparencia y confianza debe ser el pilar sobre el que se construyan las relaciones.
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